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Interés general

Cómo reutilizar el agua de lluvia

Se puede ahorrar hasta un 40% en la factura y ayudar al medio ambiente con la instalación de un sistema doméstico de captación de aguas pluviales.

Cuando Duncan Kelman, de 50 años, compró una casa, decidió que no tenía sentido pagar por el agua para regar el jardín. Entonces, instaló tanques con una capacidad de 4500 litros para almacenar el agua de lluvia que cae sobre el techo de su estudio, de 25 metros cuadrados. Es lo suficiente para mojar las plantas, limpiar las áreas externas de la casa y todavía ayudar a regar un pequeño parque que se encuentra justo detrás de su terreno.

La inversión para instalar los tanques y el sistema de recolección de agua fue de 1500 libras (unos 2000 dólares). «Estamos renovando la casa y vamos a instalar un depósito subterráneo de 7500 litros con un tanque de agua en el sótano de la casa que abastecerá la cisterna del baño y la lavadora», afirma. «Espero ver una buena reducción en la factura del agua».

Según el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido, una persona utiliza, en promedio, 150 litros de agua al día. Significa un gasto diario de 600 litros en una casa donde vive una pareja con dos niños. Una tercera parte de esta agua se utiliza para la cisterna de los baños (200 litros por día) y 50 litros son usados en el lavado de ropa. En un año, el gasto total es de 220.000 litros, y un 40% de ese volumen – 88.000 litros – puede sustituirse por agua de lluvia, generando ahorro en la factura. En una casa, en el Reino Unido con 100 metros cuadrados de techo es posible recoger 94.000 litros de agua por año, considerando el total de 1107 mm de lluvia en 2017. Para esta instalación, se recomienda un tanque de al menos 5000 litros, que puede ser instalado bajo tierra, con acceso para su mantenimiento.

Para utilizar el agua de lluvia dentro de la casa, es necesario instalar una bomba eléctrica que lleve el agua hasta un tanque en la parte superior de la casa, para después redistribuirla hacia la cisterna de los baños y el lavadero. “La mayoría de la gente usa agua directamente de los tanques, pero algunos prefieren un sistema más completo de filtración para eliminar el color u olor”, dice Haydon Robinson, director de Guttermate, una empresa que hace instalaciones de sistemas de recolección de agua en el Reino Unido.

Es posible instalar varios niveles de filtrado en el agua. Para que esté apta para beber, es necesario un equipo más sofisticado y hasta tratamiento con radiación ultravioleta. “Pero la demanda de agua potable no es más del 20% de todo el volumen consumido en una casa”, afirma David Butler, profesor de ingeniería hidráulica y saneamiento en la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. «Edificios comerciales y residenciales construidos recientemente, así como universidades e instalaciones del gobierno, suelen tener sistemas de recogida de aguas pluviales para uso en los baños».

La legislación ambiental de la región prevé, desde 2006, que todos los edificios sigan una serie de reglas, tales como limitar el consumo de agua y energía – para garantizar que sean sostenibles. La Universidad de Exeter utiliza agua de lluvia en las descargas de los baños y en fuentes decorativas del edificio. En el Centro de Innovación del campus, los 1500 metros cuadrados de azotea generan 800.000 litros de agua por año. Según la asociación UK Rainwater Management, 1500 sistemas de recogida de aguas de lluvia se instalan cada año en el Reino Unido en residencias, y 500 en inmuebles comerciales. Para David, el uso residencial sería mayor si hubiera incentivos del gobierno. «En Alemania, por ejemplo, hay descuentos de hasta un 50% en la instalación de estos sistemas y reducción en las tasas cobradas por la eliminación del agua».

También existe una discusión sobre el gasto de energía de las bombas necesarias para llevar agua desde los tanques subterráneos hasta la parte superior de las casas y edificios. “Estamos desarrollando maneras de reducir el consumo de energía del equipamiento”, afirma David. Una forma es recurrir a los paneles fotovoltaicos para alimentar el mecanismo de forma sostenible.

Para los expertos, las ventajas ambientales y el ahorro de dinero compensan la inversión. Además, el sistema también puede servir como una red de seguridad para las personas que viven en zonas donde el suministro de agua es intermitente, principalmente en los países en desarrollo. “Otra ventaja, de la cual que no se dice mucho, es el control de inundaciones y crecidas”, dice el ingeniero Peter Melville-Shreeve, investigador de la Universidad de Exeter.

La recolección en tanques le permite a las empresas de alcantarillado manejar mejor el volumen de agua en caso de tormenta. “En el Reino Unido, cualquier edificio con más de una hectárea debe tener un sistema de drenaje capaz de lidiar con posibles tormentas eléctricas, previendo, incluso que aumenten debido al cambio climático”, afirma Peter. “Esto incluye la recolección de agua de lluvia”.

Sea para limitar el consumo de agua potable, o para disminuir los riesgos de inundación, aprovechar los recursos hídricos de forma inteligente es una solución sostenible, simple y democrática.

Fuente: Believe.earth

Nuevo llamado a compulsa técnica de proyectos de investigación del IPCVA

Se recibirán los proyectos desde el 16 de mayo de 2022 hasta las 12 horas del 30 de junio de 2022.

El IPCVA pone en marcha la IX Compulsa Técnica para Proyectos de Investigación mediante la cual busca promover y apoyar la investigación científico-tecnológica coordinada que movilice esfuerzos y recursos para la resolución de problemas concretos y aprovechamiento de oportunidades en el ámbito sectorial.

El llamado pretende abordar con rigor científico y excelencia académica las siguientes temáticas consideradas de creciente interés estratégico:

· Sostenibilidad de la cadena de ganados y carne vacuna.

· Innovación tecnológica en sistemas ganaderos.

· Innovación y valor agregado en la industria frigorífica

· Mejoramiento de la calidad de carne vacuna

· Bienestar animal.

· Beneficios nutricionales del consumo de carne vacuna.

· Carne vacuna saludable.

· Comercialización y transporte de hacienda y productos cárnicos.

· Big data, blockchain y bonos de carbono en la cadena de ganados y carne vacuna

· Competitivdad de la industria cárnica en el mercado internacional.

Para acceder a las bases de la convocatoria y los formularios para la presentación de proyectos INGRESE AQUÍ.

Para acceder a las pautas para la elaboración de los Términos de Referencia para la postulación de proyectos a la IX Compulsa Técnica de Grupos de Investigación INGRESE AQUI.

Los proyectos postulados deberán ser enviados a través de dos formatos:

Formato digital al correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Formato impreso a la sede del IPCVA (Esmeralda 130 Piso 22, CABA)

Ambos formatos deberán ser enviados entre el 16 de mayo de 2022 y el 30 de junio de 2022 antes de las 12 horas.

Para más información: Ing. Agr. M. Sc. Adrian Bifaretti, Jefe Departamento Promoción Interna IPCVA y Lic. Eugenia Ana Brusca; Asistente Promoción Interna, al mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Fuente: IPCVA.com.ar

Sorpresa. Era un infierno de fuego, hoy es un oasis impensado y todo gracias a… nadie

Ituzaingo, Corrientes.- El 20 de febrero el viento conspiraba y sembraba terror de que en los pastizales ya arrasados por las llamas se reavivara el fuego. En la reserva natural Don Luis, en el corazón de los Esteros del Iberá, la situación era desesperante. Se habían quemado 1200 de las 1600 hectáreas que tiene ese predio. En Corrientes había ardido el 12 por ciento de su territorio. En un charco de barro espeso, que hacía de refugio de ese fenómeno que tenía ínfulas de apocalíptico, convivían en armónica desesperación carpinchos, yacarés, aves y serpientes.

 
Hoy, ese lugar, al que LA NACION volvió tres meses después, parece otro. Volvió a teñirse de un verde intenso, el agua corre por el arroyo que estaba seco, y los animales ya no están apiñados en ese charco que les sirvió para sobrevivir. Nadie hizo nada. Sólo fue la propia naturaleza. Las lluvias apagaron los incendios y revivieron ese humedal sin ayuda de nadie. Ese lugar golpeado por el fuego, en medio de una sequía histórica que llevaba dos años a causa de los efectos del cambio climático, mostró la resiliencia de la naturaleza, capaz de trocar el infierno por el paraíso. En los Esteros del Iberá el fuego arrasó con el 60 por ciento de la superficie del parque nacional, que es de 158.000 hectáreas, pero no consiguió destruir por completo ese hábitat. Y las intensas lluvias de marzo no sólo lograron revertir ese proceso, sino revertirlo. Ahora preocupa en zonas cercanas a los esteros, como Paso de la Patria e Ituzaingó, el exceso de agua. De la sequía a la inundación en un solo paso.
 
En la reserva Don Luis un árbol raquítico de guayaba, que crece al lado de uno de los senderos, muestra el contraste y la resistencia. El tronco, que es fino y pequeño, de no más de un metro y medio de altura, está ennegrecido. Parece pintado con un hollín oscuro. De sus ramas más finas y nuevas, que quedaron sin hojas por el fuego, aparecen retoños de un verde intenso y rabioso. Esa diminuta postal se multiplica en el resto de los Esteros del Iberá, donde las precipitaciones de marzo consiguieron apagar definitivamente el fuego y el agua empezó a moldear ese lugar que hoy empieza a mostrar la fisonomía que tenía antes de la tragedia de los incendios. Volvieron los animales, como yacarés, carpinchos, monos, ciervos de los pantanos, que se habían refugiado ante el peligro en zonas más seguras, y miles de especies de aves, que volvieron a atraer a los turistas extranjeros, que llegan para observar y fotografiar especies, como el yetapá de collar, que es buscado por los avistadores.

Picadura de yarará

Alejandra Boloqui, la coordinadora de Fundación Cambyretá para la Naturaleza (Fucana) y de la reserva Don Luis, admite que a veces cuando mira alrededor no logra entender lo que pasó. El fuego los había acorralado. Las llamas estaban a metros de la casa donde vive con su pareja Cipriano Oporto, con quien improvisó cortafuegos. En esos días entraron en un clima de desesperación. A Oporto lo picó una yarará y le tuvieron que aplicar cinco sueros antiofídicos ante el poder del veneno que tenía la serpiente, que también se defendió mientras huía de las llamas. La reserva está unos 40 kilómetros dentro del portal Cambyretá, uno de los accesos a los Esteros del Iberá, ubicado sobre la ruta 12, el camino que une la capital correntina con Ituzaingó.  “Por suerte, en marzo las lluvias fueron intensas. Cayeron más de 200 milímetros en una semana. Con esas precipitaciones se terminaron de apagar los focos que quedaban ocultos en los pastizales y todo empezó a renacer a una velocidad increíble”, señala Boloqui. La coordinadora de la fundación Cambyretá para la Naturaleza advierte que en febrero, en el pico de la crisis, el temor a que murieran una gran cantidad de animales atrapados en las llamas era palpable. “Nos dimos cuenta que los animales tienen un instinto de protección más grande de lo que creemos y la mayoría logró alejarse. El impacto en la fauna fue menor al pronosticado en un principio”, asegura. La semana que viene un equipo de biólogos del Conicet empezarán a realizar un estudio en los Esteros para medir el impacto de los incendios en la fauna autóctona. “Temíamos por los guacamayos rojos, que están en peligro de extinción. Pero vemos que ahora reaparecieron en los montes nativos”, destaca. “Los incendios parecían apocalípticos y uno llegó a pensar que todo se terminó, pero la naturaleza es tan increíble que se regenera a una velocidad arrolladora”, explica la mujer y muestra un árbol de curupí que tiene el tronco íntegramente quemado. Por arriba comienzan a verse unos diminutos brotes verdes. “Hace tres meses parecía que moría y ahora muestra que tiene vida”, comenta Boloqui.

Reforestar con árboles nativos

Marisi López, coordinadora del proyecto Iberá de Rewilding Argentina, admite que nunca vio, ni vivió, lo que ocurrió a principios de año con los incendios. “El fuego caminó sobre los esteros”, grafica. “Fueron los incendios más grandes de la historia de la zona y el impacto fue tan severo porque desde hacía dos años había una sequía muy intensa, a la que se sumaron altas temperaturas –varios días de más de 40 grados- y viento del norte. Esto provocó un desastre de tal magnitud que afectó al 23 por ciento del parque nacional”, apunta. El problema más grande en la zona del Iberá fue que el fuego afectó zonas de forestación nativa, que sirven de refugio natural y de supervivencia para los animales. Los incendios destruyeron bosques de timbó, lapachos y curupí, que son claves en este ambiente. En el sector denominado Yerbalito, el impacto de las llamas fue muy severo. “La idea es reforestar con árboles emergentes, es decir, que tienen una altura de dos metros, para empujar a la flora nativa a que se recomponga. Creemos que de esta manera va a ser más rápido el fortalecimiento de los árboles, que van a ayudar al resto de la flora”, explica López. Las lluvias que cayeron después de los incendios ayudaron a que crezcan los pastizales en las zonas más bajas, que son las primeras que recuperan su humedad. El problema a mediano plazo es que estas zonas de bosques nativos son más altas y va a llevar más tiempo que vuelvan a su estado natural previo a los incendios.  

El impacto en los animales nativos del Iberá fue bravo, aunque, como detalla Marisi, menor a los pronósticos iniciales. Los siete yaguaretés que Rewilding reinsertó en este último tiempo lograron refugiarse y pasar el momento crítico, según el monitoreo que el programa realiza sobre los animales de manera permanente. Esa especie está extinta desde hace 70 años en la zona y los yaguaretés pasaron una prueba intensa para sobrevivir por las suyas. Los animales que más padecieron los incendios fueron los más abundantes en esa zona, como los yacarés, carpinchos y mulitas. “Creemos que por sus ciclos naturales estas especies se van a recuperar de forma más rápida. El temor más grande era con aquellas especies en peligro de extinción, como los osos hormigueros, los guacamayos rojos y los pecaríes, entre otros. Pero tras los relevamientos que se hicieron creemos que el impacto fue menor al que se había pronosticado en un principio”, reconoce López. La coordinadora del proyecto Iberá de Rewilding se esperanza con que este trágico episodio sirva para replantear ciertas prácticas tradicionales, como la generación intencional de incendios en áreas productivas. “La crisis que provoca el cambio climático y las consecuencias que genera deben llevarnos a utilizar estas prácticas de incendios controlados de manera responsable y con cuidados intensos”.

El fuego como un arma El fuego se usa en esta región como un método de control “natural”. Se quema en el invierno para que en primavera crezcan pastos nuevos y más tiernos para el ganado. Pero en diciembre y enero, cuando comenzaron los incendios devastadores, esas quemas no fueron premeditadas, sino la consecuencia de una sequía histórica. Los bañados y lagunas que abundan en esta provincia estaban secos y en vez de actuar como cortafuegos naturales, la materia orgánica seca provocó el efecto contrario, al transformarse en un combustible de alto poder. En los Esteros del Iberá la naturaleza no puso resistencia a las llamas, sino que ayudó a que el fuego se expandiera desde mediados de enero pasado con una ira descomunal. Pero allí jugaron también un rol clave los bosques de pinos y de eucalipto que desde hace dos décadas se transformaron en una de las producciones clave en esta provincia. Cada pino absorbe unos 300 litros de agua por día, algo que parecía positivo para una zona donde los problemas siempre fueron las inundaciones. Con el fuego, ese tipo de producción forestal agudizó la crisis. La semana pasada la justicia correntina condenó al primer imputado por desatar incendios intencionales. Tras un juicio abreviado, fue sentenciado a seis meses de prisión en suspenso un peón rural que fue hallado culpable por iniciar una quema en la ciudad de Mercedes. El fiscal de Investigación Rural y Ambiental Gerardo Cabral señaló que “si bien es un incendio intencional, no existió el dolo. No hubo intenciones de causar, sino que por su negligencia, se descontroló el fuego y provocó daños mayores”.
 
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Fuente:  Germán de los Santos - LaNacion.com

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Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

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