1897 - 2025

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El desconocido mundo de los jockeys y las millonarias inversiones de la industria del turfEl desconocido mundo de los jockeys y las millonarias inversiones de la industria del turf.

La gatera del Hipódromo de San Isidro entra en ebullición. El cielo está despejado y en la primera carrera del día los jockeys compiten con potrancas que nunca ganaron. En la meta de los 1400 metros de césped que tienen por delante espera un premio de $4,29 millones para el vencedor. Algunas se prepararon en los studs y la pista de entrenamiento del predio, otras llegaron al certamen directamente desde el campo rural. Muchas de las yeguas son debutantes y su inexperiencia en el turf marca el ritmo de la salida.

“Un minuto, estamos listos”, se escucha en el handy de Gonzalo, starter y árbitro de la competencia.

“¡Correcto, terminado señores!”, vocifera el starter. “Vamos con el 1. No se amontonen. Vamos con el 2”, continúa enumerando mientras se van completando las 14 plazas de la gatera. Una decena de palafreneros con chalecos y cascos de seguridad asisten a los jinetes para que ingresen al buzón asignado. Parecen brigadistas. Se exponen al riesgo de un patadón bestial.

Un jockey desmonta. Su yegua cosquillea frenéticamente y amenaza con patear. Una manta de peso en el lomo la tranquiliza al instante. Un jinete de chaquetilla rosa recibe un golpe por el corcoveo constante de su caballo. El palafrenero, que corre a su lado, aferra el cabestrillo y detiene el movimiento del animal. Después los arría hacia el box número 10, el último en cerrarse, y se apresura en abandonar la gatera, un mínimo error de coordinación entre los actores que intervienen en la largada puede derivar en un accidente.

Se abren las puertas y ninguna yegua se resiste a la largada. Pese a ser nuevas en la competencia, disparan. La multiplicidad de colores de las escuderías de los jockeys contrasta con la arboleda del predio y el césped de la pista ovalada. En velocidad, los jinetes aprietan sus botas para aferrarse con sus 57 kilos a la media tonelada de músculo de los equinos. Se amontonan, primero, y luego buscan escurrirse entre los espacios para sacar ventaja en la aceleración. Son 400, 800, más de 1000 metros. El tiempo domina todo y define el resultado en la última recta.

El premio “Atractiva Girl” fue solo la primera de las 15 carreras que se corrieron en el Hipódromo de San Isidro el 18 de octubre. Con un tiempo de 1 minuto y 20 segundos, la victoria se la llevaron el corredor Brian Rodrigo Enrique y la potranca Doña Enigma. La actividad en el circuito del turf es incesante, se compite todos los días, sea en Palermo, San Isidro, La Plata o el interior de la Argentina. Lo mismo sucede con el entrenamiento de los jockeys y la preparación de los caballos.

La rutina obliga a los jockeys a pasar su vida dentro del circuito. Perder es más común que ganar y un selecto grupo de corredores alcanza el éxito. El esfuerzo por controlar su peso supone, en casos extremos, correr en estado de deshidratación. Las lesiones en la actividad son una constante, y se convive con el riesgo. ¿Qué los impulsa a montar? Prestigio y pasión repiten como mantra los protagonistas.

La industria del turf genera un reducido márgen de rentabilidad para los propietarios de caballerizas por los costos de la actividad y la baja convocatoria en las gradas. Es un “hobbie caro” para los inversores que tienen que desembolsar miles de dólares en la compra de un ejemplar y su manutención.

Detrás de la historia de cada caballo que entra a un hipódromo hay en promedio diez personas que trabajan: toda una maquinaria de recursos que no frena y que cobra mayor dimensión ante el dato de que en el país hay 420.943 ejemplares de Sangre Pura de Carrera (SPC), de acuerdo registra el Stud Book Argentino. La actividad alimenta a entrenadores, criadores, veterinarios, peones, entre otros actores indispensables en el circuito para que el jockey y el caballo lleguen a la gatera en el día y la hora señalada. Se trata de un mundo desconocido para la mayoría, puesto en primer plano por la película argentina El Jockey, de Luis Ortega, propuesta por el país para competir en los Oscar.

El jockey multicampeón Rodrigo Blanco arranca galopando en la pista de entrenamiento del Hipódromo de San Isidro a las 6.30. El “Loco”, como lo apodan en el turf por su temperamento, hace un año que no compite. A las 9, se prepara para monitorear el trabajo de un galopador con Winning Wind, una yegua de pelaje zaino, castaño oscuro, ganadora de tres carreras en Palermo y La Plata. “El 98% de los jockeys venimos de familias muy humildes del interior y no terminamos la escuela. Conocí el turf por mi tío, que era jockey, y a los 17 años me vine de Córdoba para instalarme en Palermo”, dice Blanco, de 42, mientras observa con sus brazos cruzados sobre la valla a Winning Wind, que arranca con un trote suave en la cuarta de las cinco pistas de entrenamiento. “Es un laburo que si lo hacés por plata lo abandonás, tenés que tener la pasión. Me arrepiento de no haber terminado la secundaria. Cuando dejás de ser jockey, las posibilidades se limitan en general a seguir como peón o entrenador, opciones en las que no te pagan bien. Es una vida sacrificada y me costó mucho empezar a ganar carreras”, cuenta Blanco. Cada jinete arranca como aprendiz y para convertirse en profesional tiene que ganar 120 carreras. “Cuando ya sos profesional te cuesta seguir el ritmo. De 40 que empiezan solo a uno le va bien, al distinto. El mismo día que gané mi carrera número 120 me fueron a buscar para ir a correr a Suecia. Tenía 19 años, en pleno 2001, el país era un desastre y fue una oportunidad de oro”, recuerda Blanco. Después de lograr buenas temporadas en el exterior -también compitió en Alemania y en Dubai-, volvió al país para seguir con la actividad. “El sueño de todo jockey es correr un Carlos Pellegrini y a mi me tocó ganarlo con solo 22 años. Era la primera vez que lo corría, me sentía todavía inexperto y toqué el cielo con las manos. Fue una definición en los últimos 400 metros cabeza a cabeza y gané por medio pescuezo. A los buenos jockeys los hacen los buenos caballos y a mi me tocó Fire Wall, un caballo extraordinario que me enseñó a correr. Fue lo mejor que me pasó en el turf”, afirma.

[ Leer nota completa aquí... ] - Fuente: LaNacion.com.ar

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Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

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Animales Genéticamente Modificados de uso Agropecuario: La nueva estrategia del Estado Nacional

Mgtr. Vet. Bertoni, Lucas (a); Lic. Boari, Paulina (b); Lic. Mühl, Marina (c)

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(a) (b) (c) Área OGM - animal - Coordinación de Innovación y Biotecnología - Dirección Nacional de Bioeconomía - Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

El presente artículo tiene el propósito de divulgar la construcción de la nueva visión estratégica implementada desde el área de Organismos Genéticamente Modificados Animales (OGM-Animal) de interés agropecuario. Esta área forma parte de la Coordinación de Innovación y Biotecnología (CIyB), dependiente de la Dirección Nacional de Bioeconomía, de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP). Es a partir del cambio de gestión de gobierno, que se implementan nuevos lineamientos estratégicos, los cuales buscan la consolidación del trabajo conjunto con instituciones y organizaciones que pudieran realizar aportes en la temática de OGM - Animal. De esta forma, lo que se pretende es redireccionar las acciones hacia una propuesta que incluya la utilización de animales GM de uso agropecuario en salud humana con la participación y articulación de otros organismos e instituciones. Por último, se destaca el enfoque de las nuevas estrategias en el fortalecimiento del vínculo y la comunicación con la sociedad en su conjunto, con el fin de difundir acerca de la biotecnología animal de interés agropecuario y su bioseguridad en el ámbito nacional.

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Hito de la ciencia argentina: por primera vez en el mundo nacieron caballos editados genéticamente

Científicos de la biotecnológica Kheiron editaron los genes de una yegua de polo multipremiada y lograron el nacimiento de 5 ejemplares, en un avance pionero que posiciona al país como líder en genética equina.

Científicos argentinos han marcado un hito en la biotecnología global al lograr el nacimiento de los primeros cinco caballos genéticamente editados del mundo. Este avance, impulsado por un equipo de investigadores y respaldado por inversores locales, posiciona a Argentina como líder en el desarrollo de tecnologías innovadoras aplicadas al mejoramiento equino. El logro, alcanzado mediante la técnica CRISPR-Cas9, redefine los límites de la ciencia en este campo y abre nuevas posibilidades para la genética aplicada en la industria ecuestre y otras áreas.
 
La biotech Kheiron S.A., una empresa formada íntegramente por científicos, empresarios e inversores argentinos, ya había tenido logros de escala mundial en su especialidad que es la de clonar equinos de alta performance. Estos éxitos, que incluyen la utilización de células madre para la clonación y la generación de los primeros embriones genéticamente editados del mundo, ya habían sido publicados en la revista Scientific Reports, de la prestigiosa editorial Nature.
 
Esta vez, la biotech argentina logró el primer nacimiento de cinco caballos editados genéticamente. Como se mencionó, para lograrlo utilizaron la técnica CRISPR-Cas9, para lo cual se tomó una pequeña parte de un gen de una yegua que fue introducido en otra.
 

En diálogo con Infobae, el biotecnólogo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y doctorado en Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Gabriel Vichera, cofundador y director científico de Kheiron, explicó que la utilización de técnicas de edición génica en el progreso genético de los caballos tiene implicancias significativas a futuro, tanto en el ámbito del rendimiento deportivo como en la salud equina.

El principal desafío técnico al aplicar la técnica CRISPR-Cas9 para editar genéticamente los embriones equinos y que los ejemplares no sean considerados Organismos Genéticamente Modificados (OGM), explicó, “fue diseñar herramientas moleculares de alta precisión para lograr que la edición génica realizada no genere una nueva combinación de material genético, sino que replique lo que sucede en la naturaleza. Esto implicó garantizar que la inserción del ADN ocurriera exactamente en el sitio y la forma correctos, en una única copia, y sin provocar cambios no deseados en otras regiones del genoma del animal”.

Cuando Infobae lo consultó acerca de las implicancias a futuro, tanto en términos de rendimiento deportivo como en el tratamiento de enfermedades hereditarias, el doctor Vichera destacó que “la edición génica podría permitir la selección de características específicas asociadas al desempeño físico, como en este caso darle sprint o explosividad a una yegua fondista”.

Por otro lado, agregó, “las técnicas de edición génica ofrecen una solución innovadora para corregir mutaciones responsables de enfermedades genéticas hereditarias comunes en caballos. Al eliminar o reparar defectos genéticos antes del nacimiento, se podría mejorar significativamente la salud y calidad de vida de los animales, reduciendo también los costos veterinarios y las pérdidas económicas asociadas a estas patologías”, subrayó.

Para este trabajo científico excepcional, los criadores Doña Sofia Polo y Alberto Pedro Heguy eligieron editar la famosa yegua multipremiada Polo Pureza, declarada mejor yegua del Abierto Argentino de Palermo, que forma parte del “Salón de la Fama” de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo (AACCP).

Fue el propio Heguy, célebre polista, veterinario y fundador de la AACCP, 17 veces campeón de campeonato argentino abierto de polo, y Doña Sofía quienes encomendaron a Kheiron Biotech llevar adelante lo que tuvo como resultado este logro tan significativo.

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Fuente: Daniela Blanco - Infobae.com