Nueva York enfrenta un nuevo problema con las ratas. Si bien no hay datos certeros, se estima que dos millones de estos roedores habitan en la Gran Manzana. El problema principal de la “convivencia” son las enfermedades que pueden transmitirles a los humanos. En estos días, las autoridades sanitarias de esa ciudad están preocupadas por un nuevo brote de leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se transmite por la orina de animales infectados, puede causar daños serios en el hígado y el riñón, y que, en los casos más graves, puede provocar la muerte.
Según medios internacionales, hasta el momento se ha registrado un fallecimiento como consecuencia de la enfermedad y al menos 15 casos de contagio, un 25% del total contabilizado en la última década y media. En total, entre 2006 y 2020, se habían notificado apenas 57 casos en NY.
Qué es la leptospirosis o enfermedad de Weil
De acuerdo con lo descripto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leptospirosis –conocida también como enfermedad de Weil (en los casos más graves)- “es una enfermedad zoonótica de potencial epidémico, principalmente después de fuertes lluvias. Ocurre en todo el mundo y está emergiendo como un problema de salud pública en países tropicales y subtropicales, afectando más a las poblaciones vulnerables”. Y, desde su página oficial, explica: “Los seres humanos adquieren la leptospirosis generalmente por contacto directo con la orina de animales infectados o con un ambiente contaminado por orina”.
En ese sentido, amplía: “La Leptospira interrogans es patogénica para los hombres y los animales, con más de 200 variantes serológicas o serovariedades. Una amplia variedad de especies animales, tanto silvestres como domésticas, puede servir como fuente de infección para el ser humano. Las especies que son consideradas las más importantes incluyen roedores silvestres y peridomésticos (ratas, ratones, roedores de campo, etcétera) y animales domésticos (vacas, cerdos, perros y caballos). La transmisión de persona a persona ocurre muy raramente”.
Con Bienestar habló al respecto con el infectólogo Antonio Montero (M.P. 8.249), que explicó: “La leptospirosis es una enfermedad endémica muy común en el mundo, presente en latitudes templadas y húmedas, muy común en la Argentina. Se la considera inerradicable ya que se transmite por múltiples vectores de la naturaleza. El agente que la produce es una bacteria. Puede transmitirse por mordedura de animales infectados a personas o, mucho más común, por suelos contaminados con orina infectada. Ingresa al organismo a través de la piel. Afecta principalmente el hígado y el riñón, pudiendo provocar una insuficiencia renal grave, llevando a la muerte. También afecta al corazón, pudiendo producir arritmias mortales. Como prevención, no hay que bañarse en cualquier parte como lagunas de campo, bañados, ya que son bebedores de roedores, donde también orinan. Casi todos los casos que he visto terminaron en terapia intensiva”.
Además, el especialista precisó que la enfermedad tiene dos fases: una infecciosa, que responde muy bien al tratamiento con penicilina (dura entre una y dos semanas) y una segunda fase que es tóxica y que está mediada por la respuesta inmune y donde la aplicación de antibióticos no sirve. “El diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales para superar esta enfermedad, que tiene formas leves y tratables y formas graves y potencialmente mortales”, concluyó.
Fuente: Tn.com.ar