Los engordadores advierten que el negocio está “muy distorsionado” y que la reposición es imposible por el precio de la invernada. Además preocupa el impacto de una nueva devaluación en los costos.
Siempre, pero más en pandemia (aislamiento social mediante), el ritmo de los negocios lo marcan las góndolas, el comportamiento y las elecciones de los consumidores en un contexto atípico donde todo se calcula más y se cuida el bolsillo. En este contexto, poniendo la lupa en el consumo de carne vacuna, y dentro de la cadena analizando cómo están los engordes a corral, la foto no es buena (diríamos, más bien, es mala): precio de los terneros en alza (por algunos que retienen y otros que los usan como refugio económico) y novillos en baja o con un techo (por un consumo a ritmo de cuarentena), hacen lo suyo.
El número del maíz (principal insumo-alimento) no es malo, pero ha subido los últimos días. Y hay temor por una posible devaluación que impactaría en los costos. La foto es mala, la película es una de suspenso que podría ser de terror.
Como resumen de lo que va de 2020, el titular de la Cámara Argentina de Engordadores de Hacienda Vacuna, Juan Carlos Eiras, relató a Clarín Rural que el ingreso de animales en los corrales durante marzo y abril se mostró con un nivel preocupante, más ralentizado por la pandemia y la cuarentena, pero en mayo se registró un repunte importante y mostró un crecimiento de 6% en el nivel de ocupación, del 64% al 70% en un mes. “Es casi el doble de lo habitual y compensó lo lento de marzo-abril”, aseguró.
Como concepto general, Eiras apuntó: “Hoy tenemos una buena ocupación, pero que no responde a un gran negocio”. Así, la cantidad encerrada total en junio 2020 es similar a junio 2019. “Esto nos pone en mejor situación, en un contexto en el que el consumo de carne vacuna había caído al comienzo de la cuarentena, pero ahora pasó de 50 a 53-54 kilos por habitante año”, destacó Eiras.
En materia de exportación terminó la ventana para la Cuota 481. “Ahora vemos con buenos ojos en junio la demanda de un mercado de Europa que esta empezando a moverse de nuevo, con valores que hasta hace unas semanas rondaban los 7500-8000 dólares/tonelada Hilton y ahora se habla de 10.000 dólares”.
Costos en los corrales
Cuando se mete el “morro” en los corrales, este repunte en las góndolas (al menos en el consumo) no se nota tanto porque hay algunas distorsiones. Preocupan otras cosas. La principal, el precio de la invernada, la reposición está imposible.
“El negocio tuvo un montón de perturbaciones porque veníamos con mucho ímpetu para hacer novillo pesado, Cuota 481, y todo bien hasta la pandemia, cuando se derrumbó todo, abril-mayo la cosa anduvo bien, el número que mejor daba era el novillo liviano porque la invernada estaba a precio lógico, el maíz estaba bajo”, contó a Clarín Rural Alessandro Radici, que maneja Ser Beef, una empresa de su familia, de capitales italianos que desde 1997 está instalada en San Luis, inicialmente en el rubro textil, después en la producción de granos, luego feedlot (45.000 cabezas, 95% prestan servicios, no propias) y también alfalfa.
Fuente: Juan I. Martínez Dodda - Clarín.com